Rafael Carmona Ruiz lleva ya cinco años al frente de la gestión del Puerto de Sevilla, un nuevo reto en su dilatada vida política que comenzó en su juventud con el extinto Partido Andalucista, que lideraba el histórico Alejandro Rojas-Marcos, con el que trabajó codo con codo cuando ocupó la Alcaldía de Sevilla desde el área de Urbanismo.
Tras la crisis andalucista que llevó a este proyecto político a su práctica desaparición, Rafael Carmona se integró en el Partido Popular de la mano de su líder por entonces, Javier Arenas. Auditor de la Cámara de Cuentas de Andalucía, en toda su trayectoria siempre ha compaginado su vida pública con sus clases universitarias como profesor de Dirección Estratégica y Creación de Empresas en la Facultad de Ciencias Económicas de Sevilla.
Antes de su desembarco en el Puerto de Sevilla, ha sido diputado en el Parlamento andaluz varias legislaturas y desempeñó un papel importante en el área económica del PP andaluz, llegando a ser portavoz parlamentario en esta materia.
En su trayectoria ha ido atesorando un gran conocimiento y experiencia en el mundo económico y empresarial por su participación en una diversidad de empresas y sociedades públicas como la Empresa Municipal de la Vivienda de Sevilla, el Consejo de la RTVA, la Sociedad Estadio Olímpico de Sevilla, Metro de Sevilla, Emasesa, Sevilla Global o la Agrupación de Interés Económico de Sevilla, entre otras. Ahora tiene ante sí el gran desafío de llevar a Sevilla a buen puerto desde su propio puerto, haciendo de sus instalaciones el motor de desarrollo y modernización de la ciudad.
¿Cuál es el balance de este lustro de gestión que llevas al frente del Puerto de Sevilla?
Llegué con mucha ilusión y entusiasmo, pero al poco tiempo de desembarcar nos topamos todos con la pandemia Covid y fue un choque brutal, aunque los puertos fueron declarados estratégicos y pudimos mantener nuestra actividad para garantizar el abastecimiento.
Es cierto que marcó muchísimo y la economía cayó, pero la parte positiva de la pandemia es que nos permitió dar un salto de calidad al acelerar nuestro plan de digitalización del puerto ante las necesidades del momento.
Otro aspecto en el que hemos avanzado mucho en estos años es el relacionado con la innovación y la transferencia tecnológica, lo que nos ha permitido poner en marcha un centro de innovación potentísimo en colaboración con las universidades de Sevilla y las portuguesas del Algarve y Alentejo, dentro del cual estamos impulsando el ecosistema de las startups con actividades vinculadas al puerto o el proyecto ‘Tokamak’ de referencia mundial, que consiste en un reactor de fusión nuclear para la generación de energía limpia e inagotable. A ello se suma también el programa ‘Puertos 4.0’, impulsando a empresas innovadoras que aportan soluciones a los retos que se plantea el puerto.
Uno de los temas más recurrentes y conflictivos ha sido siempre el dragado del río para mejorar su navegabilidad e incrementar las capacidades del puerto, ¿cómo está la situación?
El dragado de profundización quedó descartado hace tiempo y ahora estamos impulsando un nuevo modelo de optimización de la navegación basado en el trabajo en favor de la naturaleza. Para ello promovemos estudios detallados del fondo del estuario de la mano de expertos, científicos e investigadores, para contar con un conocimiento profundo del Guadalquivir, el canal de navegación y las mareas de forma que puedan navegar, no barcos más grandes que ya lo hacen, sino con un mayor volumen de carga. Recientemente hemos logrado un récord de carga con la llegada de un buque con más de 16.000 toneladas de pipas de girasol. Para ello se realiza la navegación en la pleamar aprovechando el nivel del agua suplementario de la marea y de esta forma se aprovecha el calado operativo sin la necesidad de tener que profundizar. También hemos cambiado y mejorado la relación del puerto con las organizaciones ecologistas y arroceros que son, en definitiva los actores del estuario, con este nuevo modelo de gestión que contempla que todas nuestras actuaciones tienen que mejorar el entorno natural. Un ejemplo de ello son los programas para facilitar el anidamiento de aves con la creación de islas con los sedimentos que se extraen del dragado de mantenimiento. Este es un ejemplo de ‘Trabajar con la naturaleza’, ya que avanzamos en beneficio muto, del puerto y de su entorno. Estamos trabajando para ello con el CSIC para recuperar especies vulnerables y amenazadas de la avifauna como la cerceta pardilla, el porrón pardo o el águila pescadora. Además, la arena recogida en el dragado está sirviendo para regenerar las playas de Doñana afectadas por la erosión, por lo que el compromiso ambiental del puerto con su entorno ha ido creciendo en estos años.
¿Cuáles son los últimos avances más destacados en el puerto?
Son muchos derivados en gran medida de nuestra fuerte apuesta por la diversificación, que es nuestro principal plus con el impulso de múltiples actividades. Por ejemplo, estamos impulsando el tráfico de graneles, tenemos dos fábricas de harinas y llegan nuevos proyectos, ya que se va a instalar en el puerto la firma H2B2, una empresa que va a producir electrolizadores, la tecnología que permite la generación de hidrógeno verde.
Además, también estamos tramitando una planta de biometano y otra de biogás, junto a otra de amoniaco verde con una inversión de 1.000 millones. Además, se ultima la construcción de una planta de tratamiento de aguas. Otro proyecto destacado es la llegada de Europort a Carbón Puerto Operaciones Portuarias. Se trata de un operador portuario logístico internacional con presencia en puertos europeos, concretamente en el área mediterránea y atlántica, que nos permitirá abrir nuevas oportunidades de negocio y establecer sinergias con los principales puertos europeos.
El polo metal-mecánico ubicado en los terrenos de los antiguos Astilleros sigue con su plena actividad con empresas potentes del sector mientras que la terminal de contenedores sigue creciendo en el volumen de tráfico, especialmente en nuestras conexiones con Canarias. Hemos incrementado el tráfico de líquidos, especialmente por la gran subida del transporte de aceite de girasol al incrementarse su demanda.
También hemos renovado recientemente nuestro contrato con Merlin Properties, encargada de la gestión de nuestra potente zona logística, y estamos apostando por los terminalistas, es decir, concesionarios con un contrato de explotación a largo plazo que hacen a su costa las inversiones en muelles e instalaciones.
Uno de los proyectos estrella es el nuevo Distrito Portuario, una ambiciosa iniciativa transformadora de expansión y una gran operación urbanística. ¿En qué situación se encuentra?
El proyecto residencial ha sufrido un pequeño traspié pero estoy convencido de que saldrá adelante ya que es un proyecto de ciudad. Se trata de una ambiciosa iniciativa para la transformación de todo el espacio del frente portuario de Tablada, que queremos integrar en la ciudad como ya se hizo en el pasado con el muelle de Nueva York y el de las Delicias.
En este nuevo distrito, conformado por 57 hectáreas, hay dos zonas bien diferenciadas, una zona residencial de 17 hectáreas para 700 viviendas y otra que es de dominio público portuario conformado por las naves construidas hace un siglo a lo largo de la avenida de las Razas, con una extensión de 40 hectáreas. Aquí habrá una diversidad de usos menos el residencial, con tiendas, supermercados, oficinas, equipamientos universitarios, zonas de restauración, la nueva terminal de cruceros, zonas deportivas y equipamientos culturales, queremos que sea una prolongación de la ciudad y que sea de acceso peatonal, y todo ello manteniendo siempre el recuerdo e impronta portuaria. Vamos a rehabilitar las naves y vamos a restaurar toda la pavimentación de forma sostenible creando una zona bioclimática. Este proyecto sigue hacia adelante mientras que el residencial tendrá que esperar.
¿Cree que saldrá adelante finalmente el proyecto residencial?
Creo que sí, el parón viene derivado más de la discusión política del momento que por el fondo del proyecto en el que existe un gran acuerdo y así lo han manifestado los principales partidos. Creo que la abstención del PSOE es un gesto político para dejar patente que el actual alcalde no tiene mayoría, pero espero y confío en que las cosas cambien porque estamos ante un gran proyecto de ciudad.
En este proyecto residencial planeamos la construcción de 700 viviendas, de las que el 30% serán viviendas protegidas y el resto libres.
Con este proyecto estamos haciendo ciudad, con un nuevo barrio completo, con espacio reservado para el transporte público y con una conexión para un futuro tranvía, con una zona verde dando continuidad al parque Guadaíra que se asomará al río en la zona donde está el puente de hierro. En suma, con este proyecto queremos abrir esta parte del puerto a la ciudad para su disfrute por la ciudadanía y expandir sus instalaciones hacia el sur.
El mundo portuario vive momentos de gran competitividad, ¿cómo es la relación con el resto de puertos de Andalucía?
Tenemos una relación fluida y una coordinación en nuestras actuaciones, ya que contamos con un foro de encuentro que compartimos todos los puertos, incluyendo los puertos de Ceuta y Melilla y aquellos que pertenecen a la red autonómica.
En este foro nos reunimos para impulsar sobre todo el turismo de cruceros en Andalucía pero a la vez compartimos problemas e inquietudes y también competimos entre nosotros, lo que llamamos ‘coompetencia’, una competencia coordinada, porque todos nos beneficiamos al final de los avances del resto. Por ejemplo, que en el puerto de Huelva se vaya a impulsar una potente planta de generación de hidrógeno verde esto repercutirá favorablemente en Sevilla y en su puerto creando sinergias.
Nosotros nos vamos a pelearnos entre los puertos, vamos incidir especialmente en colaborar y crear sinergias que permitan un avance conjunto. Vamos a trabajar por implementar el desarrollo económico de Andalucía que tiene que convertirse en la primera plataforma logística del mundo, tenemos un potencial brutal con una red de puertos imbatible, con puertos con una gran actividad de cruceros como Málaga y Cádiz, el puerto de Huelva puntero en minería y química o el puerto de Algeciras, el más importante de España y uno de los más destacados de Europa en el transporte de contenedores.
¿Sevilla está aprovechando realmente todo el potencial de su puerto?
Por supuesto, y eso se refleja en que cada vez son más las empresas que deciden instalarse en el puerto de Sevilla. Hay que tener una visión del siglo XXI y contamos con un puerto sincromodal cuya actividad no se puede medir tan solo por el volumen de toneladas de mercancías que mueve, hay que poner el acento el en valor añadido que aportamos al PIB, con productos que salen de los puertos pero que no están vinculados estrictamente al transporte marítimo y con nuevas empresas y actividades complementarios que aportan al desarrollo de la ciudad.
Somos un gran puerto, con más de 800 hectáreas en la ventaja de estar ubicados en corazón de la ciudad y con una gran diversidad de actividades como la portuaria, logística, industrial, recreativa y de restauración y servicios.
¿El turismo de cruceros está aún por explotar en toda su dimensión?
Ya tenemos un nivel de actividad crucerista importante, pero es cierto que hay mucho margen de crecimiento en este sector, especialmente el turista premium y los cruceros de lujo, como el Azamara que hace escala todos los años con más de 700 cruceristas y 300 tripulantes. Queremos construir una nueva terminal de pasajeros en la zona de Tablada que dará un impulso al crecimiento de este sector. Queremos potenciar el crucerista que busque exclusividad y calidad para ello tenemos un gran atractivo y es que los buques pueden atracar en el corazón de la ciudad, al lado la Giralda, la Torre del Oro y el Parque de María Luisa y eso es todo un privilegio.
Además, tenemos que poner en valor que estos cruceros tienen la oportunidad de realizar una travesía única en su navegación por el río Guadalquivir y el entorno de Doñana, desde el faro de Chipiona y la desembocadura del Guadalquivir pasando por las marismas hasta su entrada en Sevilla, algo que queremos que las navieras destaquen al igual que se navega por los fiordos noruegos.
¿Cómo valora la situación actual de las infraestructuras tan necesarias para el desarrollo del puerto?
La sincromodalidad es una de nuestras fortalezas y sobre todo el contar con una conexión ferroviaria de primer nivel, tenemos además tantos trenes como barcos, un millar de barcos e igual número de trenes. Además de la ventaja ferroviaria, tenemos la cercanía a la SE-30 y disfrutamos de una ubicación estratégica dentro del territorio.
Pero para nuestro desarrollo tenemos que crecer en infraestructuras, necesitamos que se avance en la nueva ronda de circunvalación SE-40 en cuyo diseño exigimos el paso por el río debe mediante un túnel, ya que hacer un puente como se plantea ahora supone una limitación por su altura, ya que podemos necesitar un gálibo superior a los 70 metros, no solo por la dimensión de los barcos, sino por la envergadura de lo que se vaya a transportar en ellos como una grúa, un puente o una subestación eléctrica. Si no hay un túnel, el puente debe tener una altura adecuada y además que no tenga pilares en el cauce del río.
¿Cree que hay agravio y hay territorios a los que se favorece más en inversiones e infraestructuras?
Creo que hay otros territorios que tienen más poder político y tienen más capacidad de influencia y presionan para que se ejecuten sus proyectos e inversiones y nosotros aquí, en Andalucía, sin embargo, no gozamos de ese privilegio. A veces argumentan que una determinada infraestructura es cara y se opta por la solución barata que, a la postre, no lo es, porque te encuentras con una infraestructura colapsada y colmatada en poco tiempo, como ocurrió con la SE-30, que al final no es una circunvalación de verdad, ya que tiene semáforos, o el puente del V Centenario que es un embudo por tener menos carriles de lo necesario, lo que genera colas de tráfico que a la postre son pérdidas de tiempo con su impacto económico en la actividad productiva. Lo que se ha ahorrado en su construcción se ha pagado con creces en sus consecuencias para la economía de Sevilla. Tenemos que aprender de esos errores en la planificación para que no vuelva a ocurrir, las cosas hay que hacerlas bien.
¿Cómo ve el futuro de la zona franca?
Creo que tenemos que repensar el modelo ya que lleva diez años en marcha y no tiene un atractivo especial para las empresas, si las ventajas fiscales que se ofrecen no son valoradas por el tejido empresarial, de qué vale tener una zona franca. La ubicación de las empresas en este espacio se debe más hasta ahora por su emplazamiento estratégico que por las ventajas fiscales de la que se benefician.
¿Cuáles son sus apuestas de futuro?
Creo que hay que apostar multimodalidad y, especialmente, por las autopistas ferroviarias que permitan dar salida y continuidad a las mercancías que llegan al puerto. En este sentido, ya hemos presentado una alianza con un operador de ferrocarril y una empresa de transportes para la autopista ferroviaria Sevilla-Madrid-Zaragoza y Sevilla-Madrid-Vitoria. Contamos, además, con la mejor zona logística de Andalucía y estamos pensando en crear un nuevo espacio para estas actividades de la mano de un operador privado.
¿Cree que el puerto es un gran desconocido por la ciudadanía?
Primero hay que definir qué es el puerto, porque más allá de su actividad portuaria, el puerto es también el acuario, sus restaurantes y clubes deportivos, el proyecto del Jardín de las Cigarreras, sus fábricas, es, ante todo, diversificación y es empleo y actividad económica, con más de 200 empresas, 20.000 empleos y 1.500 millones de facturación al año. Además, es el segundo puerto más grande de España y Andalucía, con 850 hectáreas y situadas además en el corazón de la ciudad, todo un privilegio.
Gran parte de su trayectoria ha estado vinculada al urbanismo, ¿cómo ve la situación actual del sector?
La grave crisis de 2008 fue un antes y un después y hundió a muchas empresas, creo que se ha aprendido mucho y se ha tomado buena nota de que aquel momento de furor previo en el que todo el mundo invertía en el ladrillo, tuviera o no conocimiento del sector, y lo bancos lo financiaban todo creando una gran burbuja, creo que fue una locura.
Todos aprendimos de ello, las entidades financieras, las promotoras, constructoras e inmobiliarias y ahora el urbanismo es mucho más racional y además se está cambiando de modelo en la forma de diseñar y planificar las nuevas viviendas.
Estamos ante nuevas tendencias urbanísticas derivadas de los cambios sociales y culturales que se están registrando, las familias de hoy no se parecen ya a las de hace 20 ó 30 años. Actualmente hay una gran diversidad de familias más allá de la parejas con hijos, muchas familias monoparentales, hay personas que viven solas porque quieren vivir solas, hay parejas que no tienen hijos y muchos jóvenes que se plantean vivir de alquiler en función de sus necesidades. De ahí las nuevas fórmulas que están surgiendo para vivir como el cohousing, así como otras formas de construir viviendas, más pequeñas y adaptadas a estas nuevas realidades.
Vamos a un modelo residencial de menos tamaño y mucho más flexible, también atendiendo a la movilidad de las personas por razones laborales.
¿Tiene capacidad y suelo Sevilla para seguir creciendo, algo que se le resiste ya que continúa con 700.000 habitantes de población desde hace años?
Creo que Sevilla tiene muchas posibilidades, para nada es una ciudad colmatada y existen muchas bolsas de suelo y no se han agotado los terrenos que hace muchos años ya se preveían en el planeamiento general cuando yo mismo estaba en el Ayuntamiento.
Recuerdo aquella campaña que Alejandro Rojas Marcos lanzó para alcanzar los 700.000 habitantes, hoy 30 años después el alcalde actual se plantea el mismo reto, estamos en la misma situación. Esto quiere decir que Sevilla crece pero lo hace hacia su área metropolitana, que sigue ganando protagonismo en detrimento de la ciudad que sigue estancada mientras que ve el despegue de los municipios del entorno, como es la zona del Aljarafe, Dos Hermanas o Alcalá.
Bermejales ha sido un gran exponente de éxito residencial y creo que la zona sur es un área de expansión muy atractiva y así lo demuestra la promoción de Palmas Altas, que está siendo todo un éxito de comercialización. Es curioso pero la zona norte, donde también hay margen de crecimiento, ha tenido siempre más dificultades para su expansión, pero también tiene zonas muy atractivas para su desarrollo.
Creo que hay mucho margen para crecer, hay solares sin edificar, por ejemplo, en Sevilla Este, y otros enclaves con magníficas expectativas como en la carretera de Utrera, en Villanueva del Pítamo, Santa Bárbara o el espacio liberado por la antigua fábrica de Cruzcampo, entre otros.
¿Cuál es la clave para mejorar en el desarrollo urbanístico?
Hay muchas, pero uno importantísima es agilizar los trámites administrativos, si pudiéramos tener mucha más velocidad en la tramitación de los suelos urbanos para los futuros desarrollos, reduciendo los plazos de gestión administrativa sería algo clave , ya que en muchas ocasiones se genera una gran incertidumbre para los promotores inmobiliarios al hacerse los ciclos a veces eternos y hay que acortarlos, máxime cuando sabemos que los plazos para la construcción de viviendas ya son de por sí amplios desde que se inicia el proyecto hasta su finalización.
Por último, ¿qué puerto deseas legar para el futuro tras tu gestión?
Me gustaría dejar un puerto diverso, moderno y sostenible, integrado en la ciudad como una parte fundamental de su desarrollo en el futuro y que sea compartido, valorado y disfrutado por la ciudadanía.